La muerte forma parte de la vida. Siempre.
Lo sabemos y por ello la vivimos y la esperamos, al mismo tiempo que la tememos.
Tod@s, antes o después, nos encontramos o nos cruzamos con la muerte vivida por amigos, vecinos o familiares. Es ley de vida, se suele decir.
Y porque es ley de vida, porque convivimos con ella sin querer mirarla de frente, nos vamos acostumbrando a ella y apenas nos conmueve: excepto en tres ocasiones :
- Cuando la muerte sobreviene de manera brutal o traumática a muchas personas a la vez.
- Cuando nuestros seres queridos se van.
- Cuando quien se va es un personaje público, conocido o admirado por la mayoría de la gente.
En ésta tercera ocasión, por regla general, ponderamos las luces del personaje y mitigamos sus sombras.
Hoy, pensando en la ida de GABO, encontramos más luces que sobras.
Much@s somos los que desde hace tiempo lo seguíamos y recodábamos su prosa.
Premio Nobel de Literatura en 1982 |
Siempre pensé, que la prosa es la manera más convincente y elegante de la literatura narrativa., pero también he pensado, que para que esa narrativa nos emocione e ilusione, para que nos atrape en la historia , es necesario que quien narre, posea ese "no se que" que nos implica en la narración y nos hace participar de ella, con sus emociones y sus con tradiciones.
Para mi, Gabriel García Márquez (GABO), ha sido desde hace tiempo espejo donde mirarme, pizarra donde aprender y fuente de ideas para reflexionar.
No se escribir. Nunca lo intenté y a pesar de mi formación en Ciencias de la Comunicación, considero que narrar, implicar, ilusionar y comprometer con la narración, necesita de un "saber hacer", que se reconoce en personas como GABO.
Gabo tuvo unos inicios inseguros, desconcertantes para él, y no fue hasta su graduación en 1947, cuando ya en la Universidad, cuando la lectura de Kafka, le interesó y motivó para empezar a escribir, primero algunas poesías y más tarde publicar su primer trabajo La tercera resignación.
Después de mucho tiempo y de varios intentos mientras continuaba con la carrera de Derecho (sobre todo por complacer a su padre), GABO se estableció definitivamente en México, donde sacó a la luz muchas de sus obras.
Después de mucho tiempo y de varios intentos mientras continuaba con la carrera de Derecho (sobre todo por complacer a su padre), GABO se estableció definitivamente en México, donde sacó a la luz muchas de sus obras.
Su publicación “Todos los cuentos de Gabriel" García Márquez: 1947-1972”, fue probablemente , la que sentó las bases para su larga e interesante vida.
Sin embargo, unos años después, sintió alguna duda entre lo que pensaba y creía profundamente y lo que estaba publicando; de alguna manera quiso comunicarlo al mundo con su publicación "La mala hora”
Sin embargo, unos años después, sintió alguna duda entre lo que pensaba y creía profundamente y lo que estaba publicando; de alguna manera quiso comunicarlo al mundo con su publicación "La mala hora”
Más adelante publicó “Cuando era feliz e indocumentado”, siempre buscando a través de sus escritos (que no eran autobiográficos) la manera de transmitir al mundo sus ideas y pensamientos.
Fue GABO una persona inquieta, con ideas muy claras en lo referente a la convivencia humana, a la política real, a todo aquello que se podía mejorar para que el Hombre pudiera vivir en paz y evitar las situaciones de injusticia y miseria que él conocía.
Ésta actitud en sus escritos y en su vida pública, le costó más de un disgusto y marginación, aunque su trabajo literario de calidad, hacía que se le respetara y considerara como un personaje que no se puede criticar en exceso....
Con "El coronel no tiene quien le escriba", GABO se creó una imagen internacional que había que estudiar; alguien que no es "uno cualquiera", alguien de en sus narraciones y en su vida, iba dejando de justicia, de fe en el Hombre, y sobre todo de esperanza.
Anteriormente, sus "Cien años de soledad", ya le habían hecho famoso, pero no solo por la calidad de su narrativa, sino por la contundencia y coherencia de sus manifestaciones.
Ya en los últimos años, nos dejó “Vivir para contarla”, preludio a su final como escritor, aunque aún nos deleitó con mas narrativas.
Sus novelas, sus cuentos y en general todos sus escritos literarios o periodísticos, fueron siempre claros y sobre todo portadores de un mensaje de concordia, de futuro y de esperanza.
Hoy estoy triste. Se, como tod@s sabemos, que nuestro paso por la vida es limitado, que "es ley de vida", pero cuando un personaje nos servía de guía en muchas de nuestras actitudes y comportamientos, es como si uno se quedara un podo huérfano.
Me queda el consuelo, que como pasa a menudo cuando uno de estos personajes desaparece, su legado, sus escritos y su pensamiento, salen a la luz, se comentan, se recuerdan, y como no, se aprovechan en distinta medida.
Gracias Gabo por tu legado. Gracias por tu buen humor. Gracias por tu compromiso con tus ideas aún cuando te supusieron algún contratiempo desagradable.
Gracias por tus ideas, por tus consejos, sentencias y ejemplos en aras a una mejor Humanidad.
No te recordaremos. ESTARÁS PRESENTE.
Buena ruta y bue descanso, amigo.
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